QUE ES LA RAÍZ DE AMARGURA
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” Hebreos 12:15
La raíz de amargura es una de las causas más frecuentes por la que muchos creyentes o no creyentes, permanecen en la miseria, agobiados por la enfermedad, e incluso, apartados de la gracia (favor inmerecido) de Dios.
La amargura es más fuerte que la falta de perdón, ya que desarrolla fuertes ramificaciones, tales como la ira, el enojo y la maledicencia. Es una puerta abierta por la que entran espíritus inmundos que atormentan a esa persona.
Veamos otros versos de la biblia con respecto a este tema:
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuiste sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándonos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” Efesios 4:30-32
Ahora bien, ¿qué es una raíz de amargura?
En el griego del Nuevo Testamento, “amargura” proviene de una palabra que significa punzar. Su raíz hebrea agrega la idea de algo pesado. Finalmente, el uso en el griego clásico revela el concepto de algo fuerte. La amargura, entonces, es algo fuerte y pesado que punza hasta lo más profundo del corazón.
La amargura es una angustia crónica del alma que lleva a una persona a sentirse triste, desanimada y en constante desesperación; es sufrir decepción y creer que no existe esperanza. Es el sentimiento que experimenta el alma por circunstancias sobrecogedoras que no puede cambiar; es tener profunda tristeza y rencor, que casi siempre van acompañadas de hostilidad e ira reprimida. La amargura es un fuerte resentimiento que se convierte en veneno para el alma; que contamina todo, hasta llegar a destruir la vida de Dios en el hombre, mientras arrasa con los valores humanos.
La amargura es la única contaminación que hace olvidar toda buena obra que Dios y el resto de personas han hecho en nosotros. La raíz de amargura es un semillero fértil para el enemigo, el cual aprovecha ventajosamente. Por eso, todo creyente debe vivir con un continuo espíritu de perdón. Si la amargura no se trata a tiempo, evolucionará de la siguiente manera:
Crece
Se acumula
Madura
Como la amargura es un sentimiento con fuertes ramificaciones, todas ellas echarán raíces que se incrustarán en lo más profundo del corazón del hombre. Debido a que su expansión es hacia adentro, esas raíces crecerán hasta ahogar el alma.
Luego que pasa su ciclo de crecimiento inicial, la amargura llegará a convertirse en un gran árbol, y sus frutos serán: odio, resentimiento, ira y celos. La amargura es fácil de ser distinguida en los demás; pero se nos hace difícil identificarla en nosotros mismos.
Como lo explique anteriormente, la amargura es la única contaminación que hace olvidar toda buena obra que Dios ha hecho en nosotros. Ahora bien, veremos 3 causas por la cual pudiéramos tener amargura en nuestro corazón:
a. CUANDO HEMOS PERDIDO ALGO SE NOS HA QUITADO.
Un ejemplo preciso podemos encontrarlo en la historia de Noemí en la Biblia:
¿ esperarían ustedes hasta que crecieran? ¿Han de quedarse sin casar por causa de ellos? No, hijas mías, mi amargura es mayor que la de ustedes, porque la mano del SEÑOR se ha levantado contra mí. Rut 1:13.
Ella perdió a su familia, esposo e hijos. Cuando algo grande o importante es separado de nuestra vida, el enemigo de Dios enviará un espíritu de amargura hacia nosotros. Noemí tuvo raíces de amargura ya que pensaba que Dios le había quitado a su esposo e hijos. Es importante recordar en este punto que toda dádiva proviene de Dios. El no puede darnos cosas malas, por la sencilla razón que no las tiene, ya que en Él no hay maldad alguna. Pero las personas con raíz de amargura tienen la capacidad de vivir amargada todo el tiempo y de estar recordando y repitiendo lo malo que le hicieron y todo lo que le fue quitado.
Otro importante ejemplo de cómo trabaja una raíz de amargura lo vemos en el caso bíblico de Esaú, quien vendió su primogenitura por un plato de lentejas, y cuando se dio cuenta de esto, le sobrevino una gran amargura, veamos la historia en el primer libro de la Biblia, Génesis 27:34-40:
34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, profirió un grito fuerte y muy amargo. Y dijo a su padre: — ¡Bendíceme también a mí, padre mío!
35 Él dijo: —Tu hermano vino con engaño y se llevó tu bendición.
36 Él respondió: — ¿No es cierto que llamaron su nombre Jacob? Pues ya me ha suplantado estas dos veces: Se llevó mi primogenitura, y he aquí que ahora también se ha llevado mi bendición. —Y añadió—: ¿No te queda una bendición para mí?
37 Isaac respondió y dijo a Esaú: —He aquí, yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado como siervos a todos sus hermanos. Lo he provisto de trigo y de vino. ¿Qué, pues, haré por ti, hijo mío?
38 Esaú dijo a su padre: — ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y Esaú alzó su voz y lloró.
39 Entonces respondió Isaac su padre y le dijo: —He aquí, será favorecido el lugar que habites con los más preciados productos de la tierra y con el rocío del cielo arriba.
40 De tu espada vivirás y a tu hermano servirás. Pero sucederá que cuando adquieras dominio, romperás su yugo sobre tu cuello.
b. CUANDO ALGUIEN NOS HA HERIDO EMOCIONALMENTE
Una de las razones más frecuentes por las cuales viene la amargura es por las heridas causadas en el pasado. Por tal motivo, cuando alguien nos ofende, debemos perdonar inmediatamente y no permitir que el sol se ponga sobre nuestro enojo. Toda herida debe ser sanada lo más pronto posible porque de lo contrario, la amargura echará raíces y se propagara. Recordemos el ciclo de las heridas emocionales:
Ofensa -> Resentimiento -> Falta de perdón -> Raíz de amargura -> Odio -> Cauterización de la conciencia.
Cuando una persona se encuentra bajo una circunstancia que le sobrecoge y no puede cambiar, muchas veces tiende al desánimo, desesperación, angustia y desesperanza. Esos son justamente los momentos que se debe meditar en las promesas de Dios y en la confianza que tenemos en Cristo. Cuando una persona está sometida por mucho tiempo a un problema difícil, sin ver cambio alguno, corre el riesgo de abrirle las puertas a espíritus de amargura.
Una de las expresiones más comunes de una persona amargada es: “me doy por vencido porque no hay esperanzas de cambio”.
¿QUE NOS INDICA QUE HAY RAÍCES DE AMARGURA EN UNA PERSONA?
La continua queja y murmuración contra las personas y las circunstancias que la vida le presenta.
Así ocurrió con los Israelitas cuando salieron de Egipto con Moisés a la cabeza:
“E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.
Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.
Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?
Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;” Éxodo 15:22-25
Todo el tiempo está airada y maldice de continuo.
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Efesios 4:30-31
Siempre recuerda con lujo de detalle, los nombres, cosas, palabras y circunstancias que fueron hechas y dichas cuando la ofendieron. La raíz de amargura se torna en un registro minucioso de todo.
El aislamiento. Toda persona con raíz de amargura se aísla porque tiene miedo a que la continúen hiriendo.
Consecuencias de la raíz de la Amargura y cómo deshacernos de ella.
La amargura tiene la capacidad de apartarnos de la fe en Cristo y este es un riesgo que no debemos correr. La amargura tiene la capacidad de apartarnos de la fe en Cristo y este es un riesgo que no debemos correr.
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”. Hebreos 12:15
Es la causa de muchas enfermedades físicas. Muchas dolencias que padecen las personas, no necesariamente tienen origen físico, sino que son causadas por un alma enferma de amargura. Esto se exterioriza por medio de desequilibrios corporales. Algunos pocos ejemplos son: la artritis, el cáncer, el insomnio, la migraña, las úlceras y hasta dolores de espalda.
La amargura nos encierra en una prisión. Hoy en día, muchos creyentes se sienten encerrados en prisiones financieras y problemas de familia. Esto se debe a la amargura que tiene acumulada en el alma. La amargura es algo que nos envuelve, nos ciega y nos permite apreciar lo bueno de la gente. Casi siempre creemos que estamos en lo correcto; y que todos los demás están equivocados.
“…porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás”. Hechos 8:23
¿Cómo nos deshacemos de la raíz de amargura?
Extrayendo algo bueno de las cosas malas que nos han sucedido.
“¿Por qué fue perpetuo mi dolor y mi herida desahuciada no admitió curación? ¿Serás para mí como cosa ilusoria, como aguas que no son estables? Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ello” Jeremías 15:18-19
En este verso de la biblia que encontramos en Jeremías, Dios le está diciendo: Si miras lo bueno y lo precioso que Yo voy a sacar de eso malo, tú saldrás de ese dolor; y aunque Yo no te haya enviado el problema, Yo puedo hacer algo precioso de eso, que servirá para tu crecimiento y convertirá lo malo en una bendición.
Es importante acotar, que nunca seremos sanados de un dolor, de una circunstancia difícil, de una desesperación, de aquello que le fue quitado, ni de la herida que nos hicieron, mientras no seamos capaces de ver que Dios puede convertir todo lo negativo en bendición. Dios tiene todo el poder y la autoridad para hacerlo.
Tome la decisión de perdonar y de pedir perdón a Dios y a las personas que sabe que ha ofendido.
Haga una lista de personas que le hayan herido o le hayan robado algo.
Exprese su perdón en forma de confesión. Por favor, sea específico con cada palabra y circunstancia en la cual fue herido. Añada las oportunidades en que le han quitado algo o hubo alguna situación que lo pudo sobrecoger.
Arrepiéntase por el pecado de juicio contra la persona que le hirió y contra Dios. Cuando hay falta de perdón y amargura en nuestra vida, juzgamos a las personas y eso se convierte en pecado, el cual le abre puertas al enemigo.
La amargura puede ser algo terrible para nuestras vidas. Aprendamos a ser un perdonador y confiemos en Dios. Las circunstancias que no podamos cambiar, Él las cambiará por nosotros. Si hemos perdido algo, Él nos lo devolverá de una manera u otra, incluso multiplicado; pero no dejemos que una falta lo lleve a una raíz de amargura. Dios tiene planes muy lindos para nosotros. ¡No nos detengamos! ¡Continuemos marchando siempre hacia adelante! Jesucristo está para ayudarnos. ¡Amén!
SE LIBRE PERDONANDO....